Francisco Franco, dictador español, gobernó España durante el periodo conocido como Franquismo desde 1936 hasta 1975. Durante estos años, Franco estableció una dictadura autoritaria, eliminó las libertades civiles, persiguió a sus oponentes políticos y limitó los derechos individuales. Franco murió el 20 de noviembre de 1975, marcando el final del Franquismo y el comienzo de una nueva era para España.
Durante los últimos años de Franco, la situación económica de España empeoró. El crecimiento económico se redujo y el desempleo aumentó. Estas condiciones hicieron que los españoles se volvieran cada vez más descontentos con la situación política. El 15 de junio de 1975, el Consejo de Ministros español firmó una decisión que establecía que, tras la muerte de Franco, España se convertiría en una monarquía parlamentaria. El 23 de julio de 1975, Franco nombró a Juan Carlos I como su sucesor.
Después de la muerte de Franco, se inició una transición hacia una democracia parlamentaria. El 1 de julio de 1977, el gobierno español aprobó la Constitución Española de 1978, que se convirtió en la ley suprema de España. Esta Constitución garantizaba los derechos fundamentales de los españoles, incluyendo la libertad de expresión, y estableció un sistema democrático para la elección de los gobiernos. La Constitución entró en vigor el 29 de diciembre de 1978, marcando el final de la dictadura de Franco en España.
El régimen franquista de España, una dictadura militar que duró desde 1936 hasta 1975, fue derrocado por el general Francisco Franco. Después de su muerte, el rey Juan Carlos I fue nombrado como jefe de Estado. Juan Carlos I fue el rey que encabezó el proceso de transición a la democracia en España. Su reinado fue importante para la consolidación de los valores democráticos en el país. El rey Juan Carlos I fue el principal impulsor de la formación de una nueva Constitución que reflejara en su conjunto los derechos y libertades de los ciudadanos. La Constitución española de 1978 fue aprobada en un referéndum por más del 90 por ciento de los votos. Esta Constitución estableció un sistema monárquico parlamentario, donde el parlamento es el poder legislativo y el gobierno el poder ejecutivo. El rey Juan Carlos I fue el principal artífice de la democratización de España y el encargado de reemplazar a Franco al final de su régimen.
El 20 de noviembre de 1975 fue el día en que el presidente de España, Francisco Franco, falleció. Fue un día significativo para España ya que la muerte de Franco significó el fin de la dictadura franquista. Con la muerte de Franco, el país comenzó a transitar hacia la democracia y el principio de la transición española.
Con la muerte de Franco, el gobierno militar se disolvió y la Corona Española lideró la formación de un nuevo gobierno a través del Rey Juan Carlos. El Rey designó al presidente Adolfo Suárez para llevar a cabo la transición hacia la democracia. Suárez fue el primer presidente de gobierno democrático de España desde 1936.
Adolfo Suárez y sus aliados políticos comenzaron a trabajar en la reforma de la Constitución española. Esto incluía la abolición de las leyes franquistas y la legislación que limitaba los derechos civiles y políticos. El Congreso de los Diputados aprobó la nueva Constitución el 27 de diciembre de 1978, la cual fue ratificada por referéndum el 6 de diciembre de 1978.
En conclusión, el 20 de noviembre de 1975 fue el día en que la muerte de Francisco Franco significó el fin de la dictadura franquista en España. Esto abrió la puerta a la transición hacia la democracia, un proceso que culminó con la aprobación de la nueva Constitución española en 1978.